Ya decía Einstein que una de las grandes preguntas en la vida es “si has decidido vivir en un mundo hostil o amigable”. Y uno de los síntomas inequívocos para conocerte a ti mismo y poder saber qué has elegido hasta hoy es fijarte en si normalmente presumes la inocencia de las personas, o su culpabilidad. Por ejemplo, quedas con una persona y no aparece, es decir, que te deja tirado. Le llamas por el móvil y no coge. Comienzas a preguntarte qué le habrá pasado. Se te ocurren muchas ideas, pero ¿con cuál te quedas? ¿Te decantas más por que le ha sucedido algo imprevisto o que no ha venido porque se ha olvidado? ¿Piensas que le ha sucedido algún imprevisto sin importancia o que está gravísimo porque ha tenido un accidente? En resumen, pregúntate si cuando te falta información sobre las cosas, decides creer lo peor o lo mejor, y si tiendes a apostar por que sucederá lo que más te conviene o lo que más daño te hace.
Curiosamente, esto no sólo repercute a nuestro futuro, sino también al pasado. Porque al final se trata de qué tipo de observadores somos de la realidad. Si observamos con ojos negativos, aquellas cosas del pasado que no comprendamos las interpretaremos pensando en el peor de los casos, y de todas las que recordemos, elegiremos poner más atención en las que menos nos gustan o más dolor nos producen. Por tanto, una persona que de antemano presume que sucederá lo peor, cuando sucede algo, sea positivo o negativo, lo interpreta según su predisposición. De esta forma, suceda lo que suceda, será interpretado por un sujeto positivo o negativo, y eso, más aún que lo que suceda en sí, determinará cómo te sientas y la vida que tengas.
¡La buena noticia es que podemos elegir!
Podemos cambiar nuestra forma de observar la realidad, y comenzar a re-vivir el pasado de forma más positiva, dando a los demás el beneficio de la duda y a nosotros mismos la oportunidad de quedar en paz con nuestro pasado y ser más felices con las cosas que nos vayan sucediendo.
Así que a partir de hoy, cuando suceda algo de lo que no tengas toda la información, te animo a pensar las opciones que más te favorezcan y que más se armonicen con el favor de todos los demás y el mundo que te rodea. Por ejemplo, si una persona querida no te llama en varios días, piensa que estará muy ocupada. Y en caso de que después resulte que te enteras de que estaba enfadada, no pases a pensar lo peor de nuevo, sino que puedes escucharle, presumir que si se enfada también es por tu bien: quizá puedes aprender algo nuevo, quizá esa persona necesite más cariño de ti, o quizá necesites tomar la decisión de sacarle de tu vida porque es una persona tóxica. La cuestión es que si decides tener la actitud positiva de interpretar los hechos a favor de tu felicidad y de la de los demás, probablemente te centrarás más en construir que en destruir, en ser feliz que en quedar bien, en mirar hacia adelante que en analizar el pasado, y en aprender la lección que en regodearte en el error, la culpa o el dolor.
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¡Feliz y amigable martes para ti!